“sin agua, NO HAY vida.
SIN azul, nO HAY verde.”

Una de las principales causas que llevaron al inicio de esta aventura en la moda sostenible fue el devastador impacto de la industria de la moda rápida en nuestro medio ambiente, especialmente en nuestro recurso natural más importante, el agua.

La moda rápida es un gran consumidor de agua, siendo necesaria en casi todos los pasos del proceso de fabricación de la ropa que vestimos. El cultivo de algodón y el teñido de telas son dos de los factores que más agua consumen y son de los más contaminantes. Las prendas de moda rápida se producen en países donde la regulación ambiental es débil, lo que permite que las plantaciones y fábricas descarguen aguas residuales tóxicas directamente en los ríos sin penalización. Estas sustancias tóxicas son dañinas no solo para la vida acuática, sino también para las personas que viven en los alrededores.